Ana Teresa Benjamín
Para Amanda resultaba insoportable. Llevaba horas en esa misma habitación, sin querer hacer nada más, con ese mismo sudor pegado al cuerpo y ansiando una vida que no existía.
Desde afuera, por entre las rendijas de la ventana, se colaban los gritos de unos niños y el ruido de los motores. Pero adentro, en su cuarto, Amanda solo sentía tristeza. Más que tristeza era soledad. Una soledad que le avergonzaba y que la hacía abrir las piernas.
Hacía ya algún tiempo que Tomás había partido. De su presencia quedaba sólo una guitarra, un par de papeles, unas fotos y sus calzoncillos blancos.
- "Lo siento, ya no puedo seguir", le dijo una tarde, en el parque de siempre. "Lo siento, amor", le volvió a decir.
Amanda esperaba ese arrepentimiento. Ella misma lo había sentido a veces.
Con Tomás, ciertamente, había sido otra cosa. No era sólo esa pasión deliciosa que la envolvía en mil temblores, sino también esa ternura nacida de la complicidad.
Amanda lo recordaba y se miró los pechos. Cerró las piernas y se encogió entre las sábanas.
A la mañana siguiente amaneció vestida sólo con su panty gris, con los mismos ruidos desde la calle. Sus hijos no estaban. Había silencio y el sol entraba por otra ventana.
Amanda tomó entonces los pedazos de su alma y se levantó. Se miró al espejo y pensó: "Humm, buenas nalgas". Se miró el vientre y se dijo: "Han sido mis hijos". Se miró los ojos y calló: "Aún puedo verte...".
Ese día, seguramente, sería igual que todos los otros.
La historia de Amanda es una historia contada desde adentro, desde las sensaciones, las evocaciones, los recuerdos. Tiene una estructura limpia. Esta capacidad de retratar un tiempo aparentemente estático, sin grandes sucesos, estas emociones taciturnas, hondas, que se van desgranando,me recuerdan un poco a Onetti. Amanda se mira al espejo y reconoce su cuerpo, como buscándose, en la tensión entre el deseo, la ausencia y la autoaprobación como remedio para combatir su melancolía y afrontar la realidad de todos los días, esa realidad que no cambia, que parece estática. Ese cuerpo la lleva de paseo por su vida, es la geografía emocional de su drama íntimo.
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