miércoles, 21 de julio de 2010

Mensaje urgente

Mario Andrés Muñoz

No tengo mucho tiempo para contarles. Pero nos han descubierto. Uno de nosotros, del grupo, traicionó el acuerdo y contó con lujo de detalles todo lo que hablamos y lo que pasa en nuestras reuniones. Los mensajes fueron reenviados y todo su contenido leído. Sé que no somos una sociedad cerrada, pero todos coincidimos en que nada debemos contar más allá de la empresa. Lo que vivimos es entre nosotros, sin que ningún establecimiento o institución lo sepa. Todo está siendo guardado en nuestros íntimos recuerdos. Conservar el secreto como algo sagrado es nuestro medio y razón de ser. Recuerdo que hubo una entidad que estuvo tras nuestra pista, no sé si todos lo sabían, pero entonces supimos actuar como un solo organismo, confidentes. Si hubiéramos seguido ese camino, nos hubiéramos convertido en un movimiento grande, tal como nos lo propusimos al principio. Ahora, solo queda lamentarnos, todo está hecho trizas como si una cámara diabólica hubiera registrado todos nuestros momentos íntimos. Hubo una junta donde se discutió el tema, se formó una comisión o un comité. Ya se enterarán. Se van a tomar medidas. Muchos de ustedes pensaron que no era ilegal lo que hacíamos. Qué equivocados. Todo lo que se hace en la red se paga, y lo hace el conjunto de los miembros. Así funciona el sistema y solo uno lo sabía. Él intentó advertirles, pero su voz no fue escuchada a tiempo. Todo cuerpo nace, se desarrolla y muere, pero también así son las amistades y las compañías. Fue bueno formar parte de la comunidad, de este excepcional grupo. Formamos una alianza estrecha, una hermandad. Nunca fuimos una secta, aunque alguno de nosotros pecó alguna vez de dogmático. Ahora que la congregación peligra no vale la pena hacer definiciones. Siempre hay alguien que rompe la unión y voy a decirles quién pagó muy mal la confianza que le dimos. Eso fue mucho antes de recibir los extraños correos. No todo el mundo sabe sobre esos mensajes tan imprudentes. Se trataba de una chica del grupo y de su posible rapto. Ahora con lo que ha pasado no parece una posibilidad tan absurda. Sería abordada y forzada a subir un vehìculo en la escalera de los estacionamientos aprovechando la poca vigilancia. Las amenazas están allí, punzantes y cada vez más próximas. Por eso es que hay que actuar rápido. Toda coalición está hecha de pactos y debemos ir en contra de esa avanzada antes de que cumplan su plan. ¿Será conveniente negar la liga o hacer que jamás existió? Lo sensato es escapar como una simple pandilla asustada. Si fuéramos una orden religiosa debiéramos hacer un cónclave o concilio. Pero no hay tiempo ni siquiera para hacer un mítin. Sin más, les contaré cómo sucedió todo: la Jefa rechazó al Judas que tenemos y le prohibió volver a aparecerse en las reuniones. Así como lo oyen. La revuelta en la milicia o en la tropa se da muchas veces por quiebres del corazón. Ella, tan dulce y paciente, no pudo más. Y él, al no soportar el resentimiento, buscó la manera de infligir el mayor daño posible. Claro que fue un arranque temporal, como cuuando un sentimiento no lo podemos dominar y nos arrastra a hacer cosas de las que después nos arrepentimos. Una mujer celosa es capaz de rasgar con sus uñas el rostro que más ama. Por el desamor se acaba cualquier cruzada y todo queda convertido en una hueste caótica. Aquél hombre cegado y quebrado, aquel traidor que espera que algún día lo perdonen, no es otro más que yo.

5 comentarios:

  1. Quien no sabe guardar un secreto ¿debe pagar por sus actos?

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  2. Por supuesto que sí José, debe pagarlo con su vida. Pero parece evidente que él no lo quiso hacer, que fue obligado por la emoción que bloqueó su razón.

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  3. Es una fascinante historia de una sociedad secreta, con sus coordenadas, complicidades, pero también pasiones humanas ¿acaso es posible tenerla en estos tiempos?

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  4. Hay grupos que operan así en Panamá. Los esótericos, la sociedad del crecimiento infinito, los masones, rosacruces, la Nueva Acrópolis. Buen escrito.

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