Eliana Morales
El alcaraván, un ave nocturna, solitaria, desconfiada y bulliciosa, es parte de la magia de las historias de Gabriel García Marquez. Inspirados en ese animal misterioso y mítico, se nos ocurrió que el grupo se llamaría La cueva del alcaraván. No fue fácil llamarlo así. Varios nombres de ese mismo estilo se sometieron a votación, y al final se escogió al alcaraván.
Todo empezó cuando un día de a mediados de 2007, a alguien se le ocurrió que deberíamos crear un club de lectura. El primer libro: uno fascinante y lleno de inagotables promesas para buscar la felicidad. El paraíso en la otra esquina, obra del peruano Mario Vargas Llosa, que cuenta paralelamente las vidas de dos personajes distantes en tiempo y espacio pero con una estela de acontecimientos comunes: Flora Tristán y su nieto Paul Gaugin.
Flota Tristán (Florita), aguerrida mujer que desafío su época para luchar por los derechos de la mujer. Paul Gaugin (Koke), pintor francés amante de la libertad, del anarquismo y creyente en el amor sin límites. Es fácil amarlo.
La primera reunión: la casa de Leo, en el piso de 16 de un edificio amarillo en el corazón de Perejil.Los protagonistas eramos nueve, todos con personalidades perfectamente descifrables. Fue una buena mezcla.
Leo Flores, el perfeccionista ; José González, el organizado; Juancho Batista, el soñador; Eliana Morales, idealista; Urania Molina, una ráfaga; José Arcia, anarquista y nostálgico; Ana Benjamín; la creación; Vianey Castrellón, inesperada.
El ejercicio era sencillo y a la vez profundo. Una vez leído el libro comentábamos su contenido. Se estudiaban los personajes, los párrafos más importantes y lo que si y lo que no gustó. Había vinos y quesos. Y cuando entraban las altas horas de la noche cada quien partía a su casa con el nombre de otra posible obra.
El turno después fue para otro de Vargas Llosa: Travesuras de una niña mala, después siguieron Cien años de Soledad de García Marquez, A sangre fría, de Truman Capote, El Perfume de Patrick Süskind. La Caverna de Saramago se quedó en las mesitas de noche de una buena parte de los miembros de la cueva, y otros simplemente se quedaron en la estantería de las librerías locales esperando que los compraran. Es mi caso por ejemplo. Mea culpa.
También leimos poesía en la casa de Vianey. Fue un coctel inesperado, pero divertido. Desde García Lorca, pasando por Juana Inés de la Cruz, hasta la amada Gloria Young de Juancho.
En la navidad de 2007 hicimos una cena navidad. El escenario: otra vez la casa de Vianey. La comida estaba fría pero deliciosa.
Hemos tenido invitados: Elizabeth Garrido, que a
hora es miembro de la Cueva, y nuestra querida “y desaparecida” amiga Yovanca Guardia.
El 2009 fue el año de la crisis de esta cueva. Había elecciones generales, otros acontecimientos trascendentales ocupaban las portadas del periódico, y como reporteros natos que somos nos dedicamos al oficio del periodismo, y hasta llegamos a pensar que la cueva había cerrado.
Pero 2010 empezó con un inesperado ímpetu que provocó el resurgimiento de la cueva y aquí estamos. Ahora no hemos vuelto a asignarnos libros sino que intentamos descubrir al autor que todos llevamos dentro. Al grupo se unió Mario Andrés quien ya nos mostró sus cuentos, y Vannie Arrocha, quien escribe poemas. Raulito y Urania ya no están.
Leo es quien impulsa a la cueva y de nosotros depende que no cierre, sino que se convierta en lo que debe ser: un refugio creativo para este grupo de periodistas con sed de letras e inquietud literaria.
Pense que ya casi no habìa clubes de lectura en Panamà, ya que si uno visita las bibliotecas, estas estàn vacias.
ResponderEliminarBrenda Park
Excelente. Sigamos así
ResponderEliminarJosé G.P.
¿De qué me he perdido? Hay ideas bullendo en derredor de uno, gente que hace cosas ¿y uno no se entera? Bien, pues felicidades por esta iniciativa, sobre todo por ponerla en blog. Cuenten con un nuevo fan, un cómplice, un 'cavernario' voluntario.
ResponderEliminarDel amor a la lectura a la composición de cuentos hay solo un paso. Solo atender la apremiante realidad en noticias que poco a poco perderán actualidad nos deja la necesidad de probar en otros terrenos, también muy fértiles en interés para los lectores. Periodistas: felicidades por entrar a la caverna.
ResponderEliminarMuy buena está idea y que se mantenga. Existen pocos grupos como este... Saludos
ResponderEliminarcompañeros no había visto su blog. Felicidades super interesante.
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